jueves, 21 de marzo de 2019

Vinculan al régimen de Cuba con “casas de torturas clandestinas” en Venezuela


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CARACAS.- Agentes cubanos imparten órdenes a generales y coordinan actividades en centros de torturas clandestinos en Venezuela, señaló un informe que denuncia un aumento en el uso sistemático del tormento físico por el régimen de Nicolás Maduro.
El informe -que recibió el Secretario General de la OEA, Luis Almagro- también denuncia que paramilitares y agentes del régimen torturan a familiares de disidentes para obligarles a entregarse, usan la amenaza de tortura para extorsionar a sus víctimas y han participado en actos recurrentes de violencia sexual.
Entre las víctimas de torturas se encuentran menores de edad, dijeron los autores del informe.
Las denuncias, presentadas por el Instituto Casla, señalan que esa ONG ha documentado cerca de 40 nuevos casos de tortura en lo que va de año, en medio de los esfuerzos de Maduro por permanecer en el poder.
Dugarte, quien dijo haber sido entrenado por personal venezolano y cubano en labores de inteligencia, informó sobre el control y el poder que ejerce el personal del régimen castrista en las operaciones del DGCIM.
“Durante mis servicios, observé con mis propios ojos como la ‘Milicia de Inteligencia Cubana’ realiza misiones mixtas, entre militares venezolanos y cubanos”, explicó Dugarte por Skype durante una rueda de prensa.
Esas operaciones eran coordinadas desde las sedes de cada una de las Regiones de Contrainteligencia Militar (RECIM), que en su conjunto cubre la totalidad del territorio venezolano.
Aún cuando las misiones eran mixtas, quienes impartían las órdenes eran cubanos, enfatizó.
“Al momento de que la Milicia de Inteligencia Cubana ingresa a cada una de la RECIM, ellos les daban, o dan, ordenes a los generales que comandan cada RECIM (…) Y a cada uno de los analistas, brindado instrucciones sobre cómo realizar las labores de inteligencia en cada uno, y siempre sembrando odio a cualquier persona que esté en contra del comunismo”, explicó.
Dugarte no manifestó haber visto a personal cubano participar directamente en actividades de tortura, pero dijo que en una ocasión entrevistó a una víctima de tortura que provenía de un centro clandestino que dijo haber escuchado el acento cubano.
Casas del terror
Varios de los centros clandestinos de tortura se tratan de casas residenciales confiscadas al narcotráfico y otorgadas al DGCIM por el Ministro de Relaciones Interiores, Nestor Reverol, dijo Tamara Sujú, Directora Ejecutiva del Instituto Casla.
Esos centros clandestinos, al igual que la sede del DGCIM en Boleíta, se han convertido en casas del terror para los venezolanos que han sido llevados allí.
“Militares han sido colgados, golpeados, atados de pies y manos, encapuchados por días, tirados en el piso sin darles agua y comida”, dijo Sujú.
Uno de los casos más cruentos se produjo después de la detención el 30 de noviembre del coronel Oswaldo García Palomo, junto a otros militares.
“Todos fueron torturados desde el primer momento de su detención, y por varios días, en las instalaciones del organismo (DGICIM). Las torturas sufridas por estas personas fueron colgamientos, descargas eléctricas, palizas, que en un caso condujo al desprendimiento de una rótula de una pierna”, dijo la abogada venezolana durante la rueda de prensa.
A otra de las víctimas, “le dieron puntapiés en el rostro que le provocó la pérdida de la visión, le causaron cortadas con navajas en los pies y los glúteos, y la novedad de las nuevas denuncias es que le echan drogas donde están sangrando para causar alteraciones sicológicas, les inyectan substancias desconocidas”, agregó.
En un incremento de la crueldad del régimen, los agentes de Maduro han comenzado a castigar a los familiares de quienes se oponen al régimen.
“Las denuncias [de tortura] se multiplican con la detención arbitraria de familiares de oficiales disidentes, madres y padres, cuyos hogares han sido brutalmente allanados y a quienes detienen para que aparezcan sus hijos”, señaló Sujú.
Y no todas las víctimas del DGCIM se tratan de disidentes o de sus familiares, también han comenzado a secuestrar a personas comunes y corriente de la calle, dijo la activista.
La sede del DGCIM en Boleíta “es utilizado por funcionarios de ese organismo para extorsionar a los venezolanos que están en esas celdas de tortura, que ni siquiera son perseguidos políticos, y que están secuestrados para torturarlos y extorsionarlos”, resaltó la dirigente.
Al recibir el informe, Almagro dijo que el uso de la tortura en Venezuela no es una práctica accidental.
“No es circunstancial, y tampoco ocurre en casos aislados. Ha sido utilizado sistemáticamente para dar castigos ejemplarizantes, para sembrar terror, para reprimir y tratar de suprimir la acción ciudadana”, dijo Almagro durante la rueda de prensa.
Esas acciones son nuevas incursiones del régimen de Maduro en crímenes de lesa humanidad, sostuvo.

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