Estrellas siguen firmes en primer lugar, Licey y Gigantes ganan
SAN PEDRO DE MACORÍS.- Junior Lake jonroneó por segundo día seguido y Gustavo Núñez pegó tres hits en el triunfo de las Estrellas 6 carreras por 2 ante los Toros del Este en partido del torneo de béisbol otoño invernal Don Pepe Busto celebrado este domingo en el Estadio Tetelo Vargas de aquí.
Las Estrellas (9-3) extendieron a tres su cadena de triunfos en forma consecutiva para reafirmarse en la primera posición, un juego por encima de los Gigantes (8-4) y juego y medio sobre los Leones (7-4).
El bateo oportuno, el pitcheo y la defensa se combinaron una vez más para los Orientales, que dominan la serie particular 3-0 a los Toros (3-9), que vieron interrumpida una cadena de tres triunfos al hilo después de haber perdido los primeros ocho juegos.
El partido lo ganó Joel Payamps (1-0), quien tuvo un buen desempeño monticular con tres episodios de un hit y par de ponches para agenciarse el triunfo, mientras que Marcus Walden (0-2) resultó el pitcher derrotado al permitir cuatro hits y tres carreras con tres ponches en dos y un tercio de innings.
Payamps sustituyó al abridor Néstor Cortés, quien salió sin decisión después de cuatro entradas completas en las que le conectaron cuatro inatrapables y le fabricaron dos anotaciones con par de boletos y cuatro ponches.
Lake disparó jonrón (2) y sencillo en cinco turnos, con una anotada y otra remolcada, mientras que Gustavo Núñez se fue de 5-3 con dos anotadas por las Estrellas, que ligaron 11 hits para arribar a cuatro los partidos que conectan 10 o más imparables.
También sobresalieron a la ofensiva “Verde” Mike Ford, un doble en tres turnos con un boleto; Michael Martínez, de 3-2 con un boleto, y Hamlet Marte, de 3-1 y una transferencia.
Por los Toros, que pegaron cinco imparables, Jonathan Gálvez, jonrón en tres turnos; Austin Wynns, de 3-1, y Deven Marrero, de 3-1.
Por los Toros, que pegaron cinco imparables, Jonathan Gálvez, jonrón en tres turnos; Austin Wynns, de 3-1, y Deven Marrero, de 3-1.
Licey se sacude y vence a las Aguilas
SANTO DOMINGO.— Los campeones nacionales Tigres del Licey se sacudieron con fuerza en el Estadio Quisqueya-Juan Marichal y derrotaron a su archirrival Aguilas Cibaeñas 9 carreras por 7.
La tropa añil estableció marca de hits en un juego con 16, superando los 11 vueltas del 20 de octubre ante los Toros y la mayor cantidad de carreras (6) en esa misma fecha.
Con esta triunfo los Tigres del Licey ponen su récord en tres ganados y ocho perdidos.
Las Aguilas pierden su cuarto en línea y su registro está en cinco ganados y siete perdidos.
Ganó Zac Curtis (2-2, 1.17), perdió Angel Castro (1-2, 4.09) y salvó Jairo Asencio (3) su rescate 86.
Leones fueron derrotados por los Gigantes
La ofensiva de los Leones del Escogido fue limitada a tres imparables por el pitcheo de los Gigantes del Cibao que ganaron el duelo de pitcheo 2-1, partido celebrado en el estadio Juliàn Javier.
El resultado dejó a los rojos con marca de 7-4, en la tercera posición. Los Gigantes tienen record de 8-4.
Fue una noche de lanzadores en la que ambos equipos limitaron a los bateadores a solo siete imparables.
Kelvin Marte (0-1) fue efectivo por los Leones con 5.1 entradas de cuatro hits sin boletos con seis ponches. Enmanuel de León lanzó 1.2 entradas perfectas y Daniel Corcino lo imitó en un episodio.
Eric Yerdley (0-2) se anotó el triunfo con relevo de una entrada en blanco. Paul Clemens fue el abridor y sacó cuatro ceros sin hits con dos boletos y cuatro ponches. Ramón Ramírez (2) se anotó el salvamento con una vuelta permitida en el noveno acto.
Los Gigantes madrugaron con sus dos carreras en la primera entrada. Rafael Bautista y Melvin Mercedes pegaron sencillos y Eloy Jiménez los remolcó con doble.
En el noveno, Willy García conectó jonrón solitario ante Ramírez para la única carrera escarlata.
Astros a un paso de ganar la Serie Mundial
Los Astros de Houston lograron levantarse varias veces de la lona y después de 5 horas y 17 minutos se llevaron la victoria 13-12 en un festival de batazos para colocarse a un triunfo de ganar la Serie Mundial.
Fue uno de los partidos más peleados de que se tenga noticia en los clásicos de octubre.
Lo que parecía encaminarse a una cómoda victoria de Dodgers de Los Ángeles, con Clayton Kershaw en la lomita y temprano soporte de cuatro carreras, se convirtió en un maratón de 10 entradas, 25 carreras, 28 hits, siete jonrones, ocho dobletes y un triple.
En la mayoría de los casos, cualquier equipo hubiera bajado los brazos cuando tiene enfrente al mejor pitcher del mundo y con tanta ventaja tempranera.
Pero luego de que el cubano Yuli Gurriel empatará las acciones en el cuarto episodio, el drama alcanzó niveles sobrenaturales.
Tres veces estuvieron los Astros debajo en la pizarra y siempre consiguieron el empate con bambinazos.
Después del vuelacercas de Gurriel, el venezolano José Altuve volvió a igualar las acciones en el quinto, con dos hombres a bordo frente al japonés Kenta Maeda, luego de que Los Angeles se fuera delante nuevamente 7-4 en la alta de ese episodio por cuadrangular de tres carreras de Cody Bellinger.
Y en el octavo, George Springer se la sacó a Brandon Morrow abriendo el inning para otro abrazo de 8-8.
Morrow, que ha visto acción en todos los juegos de la serie, se presentó sin nada en la bola y no logró dominar a ninguno de los cuatro bateadores que enfrentó, pues al jonrón de Springer siguieron sencillo de Alex Bregman, doblete de Altuve y palo de vuelta completa del boricua Carlos Correa.
Fueron entonces los Dodgers los que vinieron de atrás, descontaron una en el octavo e igualaron en el noveno, cuando inexplicablemente, el manager de Houston, A.J. Hinch, no trajo a su cerrador Ken Giles y dejó a un Chris Devenski a todas luces inefectivo.
¿Dónde perdieron los Dodgers el juego? En el octavo inning, cuando el coach de tercera base, Chris Woodward, le dijo a Chris Taylor que fuera al plato (“¡go, go, go!”) con línea de Justin Turner al jardín derecho, pero el corredor entendió: “no, no, no”, debido al bullicio en el Minute Maid Park.
El batazo fue lo suficientemente profundo para intentar la jugada de pisa y corre y aunque Josh Reddick tiene un brazo respetable, el tiro al plato fue incluso desviado.
Esa pudo haber sido la décima carrera de los azules y con las tres que fabricaron en el noveno hubieran sido suficientes.
El béisbol es un juego de pulgadas y si los Dodgers no consiguen la hazaña de ganar en su casa los próximos dos juegos, a Taylor lo atormentará por el resto de sus días haber entendido erróneamente las orientaciones de Woodward.
of-am
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