sábado, 24 de febrero de 2018

OPINIONES:

 

Trujillo el defensor de la nacionalidad

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  • MARINO BAEZ                                                                
                                                              periodista. 
“Prefiero morir a destiempo antes de permitir que me vulneren mis derechos y sustituyan mi nacionalidad, porque dos culturas adversas no pueden convivir juntas”.

Los límites fronterizos entre las islas dominicanas y haitianas fueron la catapulta permisiva de la inmigración, a pesar de algunos controles que se impusieron y los esfuerzos consuetudinarios que datan desde el siglo XIX, cuando los haitianos comenzaron a penetrar al país para asentarse en terrenos abandonados por los quisqueyanos en los tiempos de la Primera República. 
Aunque no era masiva, la invasión haitiana se remonta a los gobiernos de Ulises Hilarión Heureaux Lebert (Lilis), el cual gobernó el país mediante un reinado dictatorial en tres períodos consecutivos hasta su posterior asesinato en 1899, sin embargo, su régimen de gobierno fue muy parecido al que se vive en la actualidad, debido a la banca rota en que se encuentra el país, conjugado con el desplome de la economía. 
Desde 1874 se han estado violando los derechos de los dominicanos cuando el presidente Lilís firmó un tratado permisivo, mediante el cual se vulneraban los principios de la nacionalidad, donde los haitianos ocupaban terrenos privados buscando apoderarse de la isla en secreto, como iniciativa para gestar movimientos que hoy día han convertido la nación en un síndrome comprometido con aspiraciones de organismos internacionales.   
Los ideales nacionalistas de los padres que lucharon de forma intestina por la independencia de la República Dominicana, han sido puestos al servicio de los haitianos. Por esta y otras razones queman nuestra bandera, las usan como taparrabos, limpian zapatos, hacen herejías, bailan el vudú, realizan ritos satánicos y las usan como lienzo para tapar productos y viandas contaminadas que venden al menudeo y sirven al ciudadano común que se desplaza por las calles. ¡El gobierno no dice nada! 
El pensamiento profesado por nuestros ancestros en defensa de la nacionalidad ha desaparecido y con el transcurrir del tiempo será muy difícil de recuperar. El país es puesto al servicio de intereses foráneos incandescentes que atentan contra la estabilidad nacional, sin tomar en cuenta el manifiesto de Juan Pablo Duarte y Diez, “vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin honor”. Con el permiso y continuo trasiego de haitianos hacia el país, ¿se ha detenido usted, presidente Danilo Medina, a reflexionar sobre el daño que le está haciendo al pueblo dominicano? 
Las piezas del ajedrez están en la mesa; y en los cómputos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ocupa el primer lugar, producto de la presión y el chantaje que ejercen Estados, Unidos, Francia, España, entre otros países, para que el presidente Medina, permita el trasiego masivo de haitianos; y con ello, la unión de República Dominicana y Haití, por lo que, el día menos pensado veremos sustituida la bandera tricolor, el himno nacional, la cultura y los nuestros principios. 
La impronta que viven los dominicanos compartiendo la isla con miles de haitianos sin ningún tipo de regulación, se remonta al primer mandato de Rafael Leónidas Trujillo Molina, 1930-1934, que en principio mantuvo una estrecha relación con la isla, sin embargo, se  interrumpió a raíz de la invasión militar norteamericana a Haití, entre los meses de agosto-septiembre, que aún mantuvo activas las relaciones de ambos países, hasta octubre de 1937. 
A pesar de los acuerdos con Haití, Trujillo mantuvo el control absoluto de la frontera, evitando de esta manera, que los nacionales haitianos no contratados para el corte de la caña en los ingenios controlados en su gran mayoría por empresas azucareras norteamericanas invadieran el país, con el objetivo de mantener la línea fronteriza bien definida y bajo un marco regulatorio.     
Las dictaduras son nocivas para cualquier país del mundo, más aún, cuando queremos liberarnos de los males que nos afectan, debemos ejecutarla con rectitud, a fin de salvaguardar los principios y preservar la nacionalidad.  
Desde la fundación de la República, Trujillo fue el único presidente dominicano que sentó las bases y puso en marcha la deportación de braceros haitianos por encima de las pretensiones de Estados Unidos y mediante la Ley de Inmigración existente desde el gobierno de Horacio Vásquez.
Observando el peligro en que se encuentra el país, hemos de concebir que al presidente Danilo Medina no le preocupa que se continúen mancillando nuestros intereses y pisoteando la bandera que simboliza los orígenes de nuestra nacionalidad. 
A excepción de algunos intentos que hizo el doctor Joaquín Balaguer, durante sus gobiernos, en la historia política de República Dominicana, ningún presidente ha defendido y protegido más la nacionalidad que Rafael Leónidas Trujillo Molina, porque supo enfrentar con gallardía y rectitud a los haitianos. 
Dirigir un país es cuestión de honor y cuando no hay honor carecemos de principios, valores y lealtad.
JPM


Un reino dividido se derrumba

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  •  EURI CABRAL                                                                         
                                          economista y comunicador.
Mi artículo de la semana pasado generó un ola de reacciones, algunas muy sentidas, en los seguidores de Leonel Fernández. Lo lamento mucho. Mi interés no era, ni es, hacerle daño a Leonel. Solo aspiro que él, como líder político, no pierda el sentido de la historia. Y no voy a discutir con quienes lo que debo es concertar. Simplemente voy a recordar las reflexiones que hice en una ocasión en que parecía que Danilo y Leonel chocarían y todo se derrumbaría. Esta fue mi reflexión en aquel momento:
“En la Biblia hay un pasaje donde Jesús le muestra a sus discípulos y al pueblo la importancia de permanecer unidos en un propósito y de no dejarse confundir por los enemigos. Ese pasaje está en el libro de Lucas capítulo 11 del versículo 14 al 20. Allí se narra que cuando Jesús le saca un demonio a una persona muda, esta persona habló y “todo el mundo se maravilló”. Pero los enemigos de Jesús y los que le provocaban cada vez que él hacía un milagro, empezaron a decir que el poder que tenía Jesús se lo daba Beelzebú, el príncipe de los demonios y no Dios, su Padre Celestial.
“En ese momento, Jesús, que conocía a fondo el pensamiento y el corazón de ellos, se dio cuenta que sus enemigos lo que querían era indisponerle en contra de su padre y les dijo esta frase que tiene vigencia por siempre: “Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae”. Y esa es una gran verdad que tiene vigencia en todos los tiempos y en todas las circunstancias. La división es uno de los grandes males que afectan a cualquier entidad, agrupación o poder y lo lleva de manera inexorable a debilitarse y desaparecer.
Hay un refrán popular muy conocido que expresa lo siguiente: “Divide y vencerás”, pues la división es el paso inmediatamente anterior a todo fracaso, a toda derrota y a toda pérdida de las perspectiva de un proyecto de cualquier naturaleza. Si existe un reino, un gobierno, una agrupación social o popular donde sus miembros no respetan la normas y cada quien está tratando de imponer sus criterios e intereses por encima de los intereses generales del colectivo, entonces el fracaso y la derrota son inminentes. Muy bien lo dijo Jesús “una casa dividida contra sí misma, cae”.
“Y estas enseñanzas de Jesús deben ser un espejo donde se miren hoy en día los dos principales lideres del PLD, Danilo y Leonel, y los que somos sus seguidores. Si esos dos líderes no asumen su papel ante la historia y logran un pacto, por encima de los termocéfalos de ambos lados, todo apunta a que la división del PLD podría estar muy cerca y ese reino que ellos han construido estaría caminado el sendero de la desintegración.
“Son muchos los fariseos que están del lado de Danilo y de Leonel que quisieran verlos divididos, enfrascados en un enfrentamiento estéril e inútil, en el que ninguno de los dos gane sin importar cuál de ellos sea el candidato del PLD. Hoy más que nunca, Danilo y Leonel deben hacer suya esta enseñanza de Jesús y entender que “todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae”. 
JPM

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