Los hermanos Digna y Michael Cuevas fueron baleados cuando salieron el sábado a comprar un regalo para su padre César, con motivo de celebrarse este domingo el Día de los Padres.
“El dolor es indescriptible, no hay palabras para expresar lo que se siente con la pérdida de un hijo”, dijo César Henríquez, padre de los jóvenes al periódico Diario Libre.
Contó que se enteró de lo sucedido cuanto un amigo le llamó y le dijo que hubo una balacera y que sus dos hijos habían muerto. “Yo no lo podía creer eso… perdóneme, yo no tengo más palabras”, logró expresar César entre llantos.
“Si Dios lo permitió así por alguna razón es, la cual, nosotros no entendemos, pero él tiene el dominio y el control sobre todas las cosas. Alguna razón tendrá, la cual uno no entiende, pero él tiene el dominio y el control de todo”, dijo.
Indicó que espera que, tanto a él, como a la madre de sus hijos, Dios les dé las fuerzas para aguantar la pérdida irreparable.
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