El conflicto en Ucrania entró el sábado en su jornada número 500 desde la invasión rusa de febrero de 2022, una guerra que podría durar pese a la lenta contraofensiva en curso de Kiev, que reclama más armas.
A principios de junio, el ejército ucraniano lanzó una contraofensiva para tratar de reconquistar los territorios ocupados por Rusia en el este y el sur de Ucrania.
Pero la tarea es difícil, con combates feroces y pérdidas significativas.
Las fuerzas rusas oponen resistencia con sus poderosas defensas y Ucrania carece de municiones de aviación y artillería.
Los rusos "han construido fortificaciones sólidas, tienen mucho equipo", dice Antonina Morakhovska, una residente de 73 años de Nikopol (sur), que cree que el conflicto no terminará pronto.
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