William O'Neill
Por EFE
Ginebra.
Ginebra.
El experto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Haití, William O’Neill, se mostró hoy «extremadamente alarmado» por la decisión de la República Dominicana de cerrar todas sus fronteras con el país vecino, y pidió al Gobierno del presidente Luis Abinader que reconsidere esta decisión.
Tal medida «tendrá graves impactos para la población de ambos lados de la frontera», señaló O’Neill en un comunicado donde urgió a las partes a regresar a la mesa de negociaciones «y seguir el proceso subrayado por la Declaración Conjunta del 27 de mayo de 2021 con el fin de llegar a una pacífica resolución de la disputa».
El experto subrayó que muchos negocios dominicanos dependen del comercio interfronterizo y de la mano de obra haitiana, por lo que también en ese país «miles de puestos de trabajo están en riesgo».
O’Neill reconoció no obstante que «en el lado haitiano el impacto será aún más grave», dada la dependencia de productos esenciales dominicanos en un país asolado por la inseguridad y la violencia de bandas.
«Haití recibe al menos una cuarta parte de sus alimentos desde la República Dominicana», recordó el experto, quien pidió a este segundo país que permita el envío de asistencia humanitaria al territorio vecino para evitar un empeoramiento de la crisis.
Abinader decretó el pasado viernes el cierre total de las franjas divisorias -marítima, terrestre y aérea- en represalia a la construcción de un canal de riego en el río Masacre, que comparten ambas naciones.
Además del cierre, se han adoptado otras medidas como la suspensión definitiva de entrada de «todos los involucrados en el conflicto», o la paralización de la emisión de visados a ciudadanos haitianos hasta nuevo aviso.
Tal medida «tendrá graves impactos para la población de ambos lados de la frontera», señaló O’Neill en un comunicado donde urgió a las partes a regresar a la mesa de negociaciones «y seguir el proceso subrayado por la Declaración Conjunta del 27 de mayo de 2021 con el fin de llegar a una pacífica resolución de la disputa».
El experto subrayó que muchos negocios dominicanos dependen del comercio interfronterizo y de la mano de obra haitiana, por lo que también en ese país «miles de puestos de trabajo están en riesgo».
O’Neill reconoció no obstante que «en el lado haitiano el impacto será aún más grave», dada la dependencia de productos esenciales dominicanos en un país asolado por la inseguridad y la violencia de bandas.
«Haití recibe al menos una cuarta parte de sus alimentos desde la República Dominicana», recordó el experto, quien pidió a este segundo país que permita el envío de asistencia humanitaria al territorio vecino para evitar un empeoramiento de la crisis.
Abinader decretó el pasado viernes el cierre total de las franjas divisorias -marítima, terrestre y aérea- en represalia a la construcción de un canal de riego en el río Masacre, que comparten ambas naciones.
Además del cierre, se han adoptado otras medidas como la suspensión definitiva de entrada de «todos los involucrados en el conflicto», o la paralización de la emisión de visados a ciudadanos haitianos hasta nuevo aviso.
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