Tal vez para muchos la medicina estética y oncología son palabras que no deberían de ir en la misma oración, pero es cada vez mayor la interacción entre éstas, ya que la primera ayuda a preservar y mejorar el aspecto, la percepción de sí mismo y el estado de ánimo del paciente oncológico.
Pero la medicina estética tiene un papel más relevante e importante que cambios estéticos. Puede ser un salvavidas para personas aparentemente “sanas”, debido que a través de una consulta estética, se pueden prevenir o detectar señales o anomalías en la piel que podrían estar relacionadas con el cáncer.
Doctora Sheila Mota.
Sheila Mota, doctora en medicina, médico estético y experta en medicina estética oncológica, explica que “los médicos estéticos pueden detectar en etapas tempranas los distintos cánceres de piel a través de una muy buena historia clínica, que incluye un cuestionario minucioso y una exploración física, sobre todo cuando observemos manchas oscuras, luego deben ser valoradas, tanto microscópicamente como con el dermatoscopio, (un aparato tipo lupa que agranda la imagen de la mancha) para lo cual el médico estético debe formarse en principios básicos de dermatoscopia, y si observasen signos de malignidad, o tienen alguna duda diagnóstica deben referir el paciente al dermatólogo para posterior confirmación diagnóstica y tratamiento”.
En ese sentido, continuó diciendo que también podrían identificarse, dependiendo del expertise del médico, otros tipos de cánceres de otros órganos y sistemas diferentes a la piel, que se pueden manifestar con síndromes paraneoplásicos cutáneos.
El cáncer más común detectado o prevenido durante una consulta de medicina estética es el de piel, tanto los melanomas, como los no melanoma (los basocelulares, los espinocelulares) y las queratosis actínicas, que son lesiones precancerosas.
“Las señales más comunes son las lesiones hiperpigmentadas, que son manchas de color más oscuro a la tonalidad de nuestra piel. Por lo general las pacientes vienen para realizarse un tratamiento que las elimine o para homogeneizar el color. Toda lesión hiperpigmentada antes de ser tratada debe ser evaluada, porque podría ser un cáncer de tipo melanoma que es el cáncer de piel más agresivo, o no melanoma, como el cáncer basocelular y el espinocelular”, explica la doctora con amplia formación tanto en medicina general como en áreas especializadas como la gestión en salud y la medicina estética.
Aumento de riesgo
Varios hábitos estéticos o de cuidado de la piel pueden aumentar el riesgo de cáncer, entre los principales está la exposición a la radiación ultravioleta, tanto de la luz del sol como a la de las camas bronceadoras. “Se ha visto que los rayos ultravioletas pueden provocar mutaciones en el ADN celular de la piel. También podemos decir que el hábito tabáquico ya que aumenta mucho la producción de radicales libres y es uno de los mecanismos descritos por los que se puede producir la carcinogénesis”, enfatizó.
Asimismo, la doctora Mota agregó que las conductas a emplear para minimizar estos riesgos deben ser evitar la exposición directa al sol, evitar estar en exteriores en las horas de mayor índice de radiación ultravioleta como entre las 12:00 del mediodía y las 5:00 de la tarde, aplicar protección solar de amplio espectro y con un alto factor de protección, todo el año y las pieles más oscuras también. Cuando se esté en exteriores procurar estar a la sombra y utilizar protección primaria como serían las gorras, sombreros, la ropa, etc.
Sheila Mota, doctora en medicina, médico estético y experta en medicina estética oncológica, explica que “los médicos estéticos pueden detectar en etapas tempranas los distintos cánceres de piel a través de una muy buena historia clínica, que incluye un cuestionario minucioso y una exploración física, sobre todo cuando observemos manchas oscuras, luego deben ser valoradas, tanto microscópicamente como con el dermatoscopio, (un aparato tipo lupa que agranda la imagen de la mancha) para lo cual el médico estético debe formarse en principios básicos de dermatoscopia, y si observasen signos de malignidad, o tienen alguna duda diagnóstica deben referir el paciente al dermatólogo para posterior confirmación diagnóstica y tratamiento”.
En ese sentido, continuó diciendo que también podrían identificarse, dependiendo del expertise del médico, otros tipos de cánceres de otros órganos y sistemas diferentes a la piel, que se pueden manifestar con síndromes paraneoplásicos cutáneos.
El cáncer más común detectado o prevenido durante una consulta de medicina estética es el de piel, tanto los melanomas, como los no melanoma (los basocelulares, los espinocelulares) y las queratosis actínicas, que son lesiones precancerosas.
“Las señales más comunes son las lesiones hiperpigmentadas, que son manchas de color más oscuro a la tonalidad de nuestra piel. Por lo general las pacientes vienen para realizarse un tratamiento que las elimine o para homogeneizar el color. Toda lesión hiperpigmentada antes de ser tratada debe ser evaluada, porque podría ser un cáncer de tipo melanoma que es el cáncer de piel más agresivo, o no melanoma, como el cáncer basocelular y el espinocelular”, explica la doctora con amplia formación tanto en medicina general como en áreas especializadas como la gestión en salud y la medicina estética.
Aumento de riesgo
Varios hábitos estéticos o de cuidado de la piel pueden aumentar el riesgo de cáncer, entre los principales está la exposición a la radiación ultravioleta, tanto de la luz del sol como a la de las camas bronceadoras. “Se ha visto que los rayos ultravioletas pueden provocar mutaciones en el ADN celular de la piel. También podemos decir que el hábito tabáquico ya que aumenta mucho la producción de radicales libres y es uno de los mecanismos descritos por los que se puede producir la carcinogénesis”, enfatizó.
Asimismo, la doctora Mota agregó que las conductas a emplear para minimizar estos riesgos deben ser evitar la exposición directa al sol, evitar estar en exteriores en las horas de mayor índice de radiación ultravioleta como entre las 12:00 del mediodía y las 5:00 de la tarde, aplicar protección solar de amplio espectro y con un alto factor de protección, todo el año y las pieles más oscuras también. Cuando se esté en exteriores procurar estar a la sombra y utilizar protección primaria como serían las gorras, sombreros, la ropa, etc.
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