LA HABANA.- Las vacunas cubanas empiezan a llegar a otros países. Venezuela y Vietnam han sido los primeros en hacerse con dosis de Abdala, uno de los dos fármacos 100% cubanos, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud sigue sin dar luz verde a los medicamentos.
“Esta vacuna pasa un poco lo mismo que con la rusa. Los únicos datos que hay publicados son sobre una de Soberana 02, se publicaron resultados en ratones sobre respuesta inmune pero no sobre la protección”, cuenta Sonia Zúñiga, investigadora del CSIC.
De salir adelante con éxito la campaña de vacunación, Cuba podría convertirse en el primer país del mundo que vacuna a toda su población contra la COVID-19 con sus propios fármacos.
Hasta el momento Cuba ha desarrollado dos vacunas, la Soberana y la Abdala, se trata de los primeros fármacos contra el SARS-CoV-2 producidos íntegramente en América Latina. Sin embargo, aunque según centros de estudios cubanos, ambos muestran niveles de eficacia similares a los que tienen la Sputnik V o la de AstraZeneca, ninguno de los dos ha sido autorizado por la Organización Mundial de la Salud. Zúñiga explica que la única información aportada proviene de las mismas notas de prensa de los centros y las publicaciones del Gobierno cubano.
Los resultados de las fases de prueba, según explica la investigadora, normalmente se comparten en publicaciones científicas internacionales, en el caso de la OMS,“se necesita que den una serie de datos para que se apruebe, pasa lo mismo que con las vacunas rusas”, cuenta Zúñiga.
Sin embargo, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba, que diseñó la vacuna Abdala, asegura que, administrada en tres dosis, su eficacia es del 92% frente a la enfermedad sintomática, y un 100% en la prevención de la enfermedad sistémica severa y en la prevención del fallecimiento de vacunados.
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