LIMA.-
El expresidente peruano Alberto Fujimori fue liberado por una orden del Tribunal Constitucional, generando expectación y controversia. A pesar de la petición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de evitar su liberación, el Tribunal Constitucional ordenó su libertad inmediata, creando incertidumbre sobre la respuesta del Gobierno.
La CorteIDH instó al Estado peruano a no liberar a Fujimori para asegurar la justicia a las víctimas de violaciones a los derechos humanos, pero el Tribunal Constitucional tomó la decisión contraria.
El Gobierno, tras la liberación, emitió un breve mensaje ratificando su compromiso con la Convención Americana sobre Derechos Humanos y mencionando que acató la sentencia del TC.
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Fujimori, de 85 años, salió del penal de Barbadillo con asistencia médica. Al salir, fue recibido por su hija Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, y su hijo Kenji.
El momento de la liberación fue caótico, con seguidores celebrando y bloqueando el paso del coche de Fujimori. Posteriormente, sus hijos agradecieron a Pedro Pablo Kuczynski por el indulto otorgado en 2017, destacando la victoria de la justicia y la humanidad, según Keiko, entre los aplausos de sus seguidores.
«Consideramos que Perú está en desacato de la orden de la CorteIDH. Ahora lo que esperamos es que se activen los mecanismos jurídico-políticos, que la Corte informe al Consejo Permanente (de la OEA)», indicó en una declaración el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), una de las organizaciones que representa a las víctimas de los casos La Cantuta y Barrios Altos, por los que Fujimori estaba encarcelado.
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