Javier Osorio Mejía
NUEVA YORK. EEUU.
Desconocidos asesinaron de un balazo a un comerciante dominicano la madrugada del martes en un aparente asalto en el sector Soho, del Alto Manhattan.
Javier Osorio Mejía, de 31 años, iba en su camioneta y frente al 43 de la calle Greene fue interceptado por sujetos que lo despojaron de sus prendas y le dispararon en una pierna.
La víctima, que era padre de una niña de dos años, regresaba desde Queens a su casa, en Bayonne, Nueva Jersey.
El hombre fue llevado al hospital de Bellevue, donde falleció desangrado.
Según sus amigos, Osorio Mejía no tenía problemas con nadie.
“Anoche mataron a mi hermano, mi pana, un buen hombre, no estaba metido en nada malo, nada de droga, nada de violencia”, declaró Andrés Arias, un amigo de la infancia de víctima.
Recordó que Osorio Mejía “era un gran tipo, era el tipo de gente que entra a cualquier sitio con cualquier clase de persona y puede hablar, en una oficina, en la calle, a todo el mundo le encantaba”.
Arved Valderrama, otro de sus amigos, comentó que ambos iniciaron un negocio de venta de tenis o sneakers con el que lograron salir de la calle. “Era bien buena gente, no molestaba a nadie”, comentó .
“Nosotros dejamos la calle para vender zapatos y ganamos mucha plata de eso, pero la envidia…mire cómo está eso ahí, el carro ahí”, añadió.
El incidente aún está bajo investigación y no se han realizado arrestos hasta el momento.
Javier Osorio Mejía, de 31 años, iba en su camioneta y frente al 43 de la calle Greene fue interceptado por sujetos que lo despojaron de sus prendas y le dispararon en una pierna.
La víctima, que era padre de una niña de dos años, regresaba desde Queens a su casa, en Bayonne, Nueva Jersey.
El hombre fue llevado al hospital de Bellevue, donde falleció desangrado.
Según sus amigos, Osorio Mejía no tenía problemas con nadie.
“Anoche mataron a mi hermano, mi pana, un buen hombre, no estaba metido en nada malo, nada de droga, nada de violencia”, declaró Andrés Arias, un amigo de la infancia de víctima.
Recordó que Osorio Mejía “era un gran tipo, era el tipo de gente que entra a cualquier sitio con cualquier clase de persona y puede hablar, en una oficina, en la calle, a todo el mundo le encantaba”.
Arved Valderrama, otro de sus amigos, comentó que ambos iniciaron un negocio de venta de tenis o sneakers con el que lograron salir de la calle. “Era bien buena gente, no molestaba a nadie”, comentó .
“Nosotros dejamos la calle para vender zapatos y ganamos mucha plata de eso, pero la envidia…mire cómo está eso ahí, el carro ahí”, añadió.
El incidente aún está bajo investigación y no se han realizado arrestos hasta el momento.
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