Agencia AFP
A Racquel Smith, un tribunal sudafricano la condenó a cadena perpetua por secuestrar y luego vender a su hija de seis años.
Racquel Smith y otros dos acusados, recibieron la pena máxima por tráfico de personas y 10 años por secuestro, dictó el juez Nathan Erasmu
Sudáfrica presenta uno de los niveles de criminalidad más altos del mundo y el secuestro de menores está en aumento. Smith desapareció en febrero de 2024 de su casa en Saldanha Bay, una pequeña ciudad pesquera a 135 kilómetros al norte de Ciudad del Cabo.
La madre fue declarada culpable por haber secuestrado y vendido a su hija por 1,100 dólares.
Smith, durante la lectura del veredicto, permaneció impasible durante tiempo que duró la audiencia.
El magistrado calificó a Smith, de manipuladora.
El veredicto fue recibido con aplausos en la sala de audiencia.
La abuela de Joshlin, la niña secuestrada y vendida, también estuvo presente en el tribunal, vestida de una camiseta con el rostro de su nieta.
- Búsqueda nacional -
En un principio, cuando desapareció su hija, Racquel Smith fue objeto de una ola de simpatía y se puso en marcha una operación de búsqueda en todo el país para dar con el paradero de la pequeña.
Las fotos de la niña, de ojos verdes y coletas castañas, inundaron internet.
El caso atrajo la atención nacional, incluida la de un ministro que ofreció una recompensa de un millón de rands (54.000 dólares) por su regreso sana y salva.
Pero el caso dio un giro cuando los fiscales alegaron que Smith había vendido a su hija a un curandero, interesado en sus ojos y su tez clara.
La policía informó que había ampliado la búsqueda de la niña más allá de las fronteras sudafricanas.
Sudáfrica tiene uno de los índices de delincuencia más altos del mundo, y el secuestro de niños va en aumento.
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