sábado, 5 de septiembre de 2015

Esquilan 42 kilos de lana de una oveja en Australia, todo un récord mundial

El montañero australiano no daba crédito a lo que veía. Puede que hasta pensara que estaba teniendo un encuentro con un misterioso ser, uno de los tantos que pueblan las historias de montañeros. A lo lejos, sobre unas rocas se erguía un animal enorme –del tamaño de un frigorífico, según precisó él– cubierto de sucia lana gris. Con cuidado se acercó y se acercó, hasta que se dio cuenta de que aquel animal no identificado era, en realidad, una oveja de lana merina a la que la lana se le había... disparado. El montañero se dio cuenta de que eso no podía ser bueno para el solitario animal y llamó rápidamente a una sociedad protectora de animales de Canberra, la capital australiana.
La oveja-nubeLa oveja-nube
Gracias a él, la oveja está viva y, además, ha recibido un gran nombre: Chris. Cuando fue rescatado, no se le veían las pezuñas de toda la lana que había acumulado después de años y años de no ser esquilado (algo especialmente necesario cada primavera en las ovejas de su especie) y prácticamente estaba ciego y caminaba sin ver. Se ha sabido que Chris abandonó su rebaño hace unos seis años y ha estado en absoluta libertad desde entonces. La lana había multiplicado por cinco el volumen que debería tener, causándole a Chris serios problemas de salud (además de una apariencia imponente). 
Esos problemas de salud podían haber terminado de forma fatal si a Chris no le hubiera encontrado este buen montañero que alertó a la protectora que, a su vez, se apresuró en su rescate. Las patas de Chris estaban seriamente dañadas por soportar el peso de tanta lana, tenía quemaduras en la piel por la orina que se le había quedado atrapada en el pelaje y estaba parcialmente ciego. De hecho, si Chris se hubiera caído hubiera sido casi imposible que se hubiera podido levantar y hubiera sido presa fácil pra depredadores.
La oveja, después de ser esquiladaLa oveja, después de ser esquilada
Ahora Chris está en un establo plácidamente –aunque al principio la presencia de humanos le asustaba mucho, después de tantos años en la más absoluta libertad animal– y ha sido totalmente esquilado por un experto pastor de ovejas australiano que, además, ha ganado cuatro veces el título de mejor esquilador nacional. Tardó 45 minutos en pelar a Chris y ahora los dos van a por otro récord: el de mayor peso de lana jamás esquilado: 42 kilos.
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