Tras deliberar durante unas tres horas, el jurado declaró no culpable al expolicía Brett Hankison de los tres cargos de los que estaba acusado.
Hankison, de 45 años y blanco, había sido acusado de poner en peligro la vida de los vecinos de Taylor cuando disparó su arma reglamentaria a ciegas durante una redada en casa de la afroamericana, que tenía 26 años cuando perdió la vida.
Taylor murió a tiros el 13 de marzo de 2020 cuando tres policías blancos irrumpieron en su apartamento para llevar a cabo una orden de registro presuntamente en busca de estupefacientes, que no encontraron.
Los agentes irrumpieron en su casa vestidos de paisano, por lo que el novio de la mujer, Kenneth Walker, los confundió con criminales y disparó contra ellos.
Los agentes, sin embargo, aseguran que antes de entrar se identificaron como parte del Departamento de Policía de la ciudad, algo que Walker asegura que no escuchó.
Los agentes dispararon hasta en 32 ocasiones y, como resultado, Taylor perdió la vida, mientras que Walker fue arrestado e imputado con los cargos de asalto e intento de matar a policías, pero finalmente se le retiraron los cargos.
Ninguno de los tres agentes que irrumpieron en la casa ha sido imputado por la muerte de Taylor.
Líderes de la comunidad negra en Kentucky han acusado a la Policía y al fiscal general del estado, el republicano Daniel Cameron, de haber tratado de encubrir lo ocurrido.
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